miércoles, 19 de diciembre de 2012

¿Sabías que los Ratones también cantan?


Sí, y son los ratones varones que emiten sonidos de alta frecuencia (claro, son imposibles de percibir por el oído humano)y lo hacen cuando detectan la presencia de ratones hembras, presuntamente como parte del proceso de cortejeo.
Según investigaciones realizadas, esas vocalizaciones no eran chillidos aleatorios sino canciones, según comento Timothy Holy, uno de los investigadores. “Seguían un patrón, sonaban como el cantar de los pájaros”.
Para demostrarlo, los científicos divulgaron grabaciones de los sonidos, adaptados para el oído humano. “Realmente suenan como el trino de pájaros”.
Para ser calificado como canto, los sonidos deben tener dos caraterísticas principales:
- Una diversidas silábica, es dicir, una multitud de sonidos distintos en lugars de un solo sonido repetido hasta el infinito.
- Una regularidad temporal, como la de un acorde qie se convierte en melodía.
Durante la investigación los científicos analizaron un grupo de 750 sílabas producidas por un solo ratón macho durante un periódo de 210 segundos y concluyeron que el animal producía estos sonidos siguiendo una partidura y no al azar.
Estos se suman a la lista de los seres vivos que cantan en presencia de un miembro del sexo opuesto, las aves, la ballena jorobada, las marsopas, los insectos y posiblemente los murciélagos, y por supuesto el Hombre.

los peces también pueden sentir sed


Sí, los peces de mar pueden sentir sed y deben tomar agua. El mar contiene gran cantidad de sales, con una densidad media de alrededor de 35 gramos por litro, que al disolverse en el agua se separan y forman iones: de sodio –ión positivo–, de cloruro –ión negativo–, de magnesio –ión positivo–, etcétera.
Por otra parte el cuerpo de los peces está constituido en su mayor parte de agua, siendo el resto un conjunto de sustancias orgánicas –proteínas, azúcares y grasas– y también sales, que a su vez también se encuentran en estado iónico disueltas en los líquidos corporales. Muchos animales marinos poseen una baja concentración de sales en su cuerpo y, por tanto, necesitan una concentración alta en su entorno para poder sobrevivir.
No obstante, los peces de mar se encuentran frente a un grave problema: el proceso osmótico: Si dos volúmenes de agua con distintas concentraciones salinas se ponen en contacto, sólo separados por una membrana permeable, el agua del sector con menos sal comienza a fluir hacia donde se encuentra el agua de mayor densidad. De esta forma, como el agua del mar es considerablemente más salada que los líquidos del interior de los peces, éstos pierden constantemente agua a través de sus branquias.
Para evitar morir deshidratado, el pez necesita beber agua, encontrándose con un nuevo inconveniente inherente al medio en el que habita: la gran cantidad de sal. Afortunadamente, su organismo le concede dos formas de eliminar el aporte excesivo de sal: la orina y el epitelio branquial.
Se concluye de esto que si el medio en el que estos animales están acostumbrados a vivir cambia radicalmente su salinidad, probablemente no sobrevivirían demasiado tiempo.

¿Comer helado combate el mal humor?


Según un estudio reciente del Centro Médico de la Universidad de Marylandlos helados contienen triptófano, un aminoácido que nos calma y reduce la agresividad, aumentando la producción de serotonina(la hormona del bienestar). Eso ayuda a combatir el estrés, a relajarnos y a dormir mejor.
Por otro lado Jane Jakubczak, dietista de la Universidad de Maryland, ha demostrado que elegimos ciertos alimentos según nuestro estado de ánimo, guiados por lo que se conoce como el “apetito emocional”. Cuando estamos contentos, tendemos a optar por un gran filete de carne a la parrilla o una pizza; la sensación de tristeza nos impulsa a comerhelados y galletas; y ante el aburrimiento, solemos

A más edad del padre, más mutaciones en los hijos

Un estudio de Nature ha revolucionado algunos mitos sobre la edad del padre y de la madre en la procreación. Las madres transmiten pocas mutaciones a los hijos. Por el contrario los padres transmiten la mayoría y las mutaciones aumentan con la edad del padre. Esta investigación arroja luz sobre la relación entre la edad del padre y enfermedades como el autismo y la esquizofrenia.
Tradicionalmente se ha culpado a la madre de los problemas de los hijos. En el pasado, eran repudiadas e incluso ajusticiadas por no proporcionar la descendencia que el padre quería. Pero según el nuevo estudio, el primer responsable de las mutaciones de los hijos es el padre.
El estudio ha secuenciado el genoma de 78 tríos compuestos por padre, madre e hijo. Comparando los genomas se han buscado las mutaciones de novo, es decir, las que están presentes en el niño pero no en el padre ni la madre y por lo tanto se han generado en el esperma, óvulo o embrión. Los datos del estudio son concluyentes.
Los padres pasan cuatro veces más mutaciones a los hijos que las madres: de media 55 frente a 14. Las mutaciones que pasa el padre aumentan exponencialmente con la edad. A los 36 años se pasan el doble de las mutaciones mientras que a los 70 ocho veces más. Un niños islandés nacido en 2011 tendrá 70 nuevas mutaciones comparadas con un niño nacido en 1980 que tendrá 60. La edad de los padres ha pasado en ese periodo de 28 a 33.
El motivo por el que los padres generan más mutaciones con la edad es que los espermatozoides se generan constantemente. Cada nueva división de las células primigenias corre el riesgo de producir una mutación que se suma a las anteriores. El caso de la mujer es distinto: nace con el conjunto de óvulos para toda la vida.
La mayoría de las mutaciones son inocuas. Algunas sin embargo pueden ser letales. Este estudio no prueba pero parece relacionar la edad del padre con el incremento de enfermedades como el autismo y la esquizofrenia. Estas son enfermedades complejas que no afectan a un solo gen pero el incremento de mutaciones es un claro factor de riesgo. Otro aspecto importante es que, en los humanos, la mayoría de los genes se expresan en el cerebro.
Un último aspecto de este apasionante estudio se refiere a la evolución humana. Las mutaciones no solo causan enfermedades. Algunas producen individuos más adaptados al ambiente, más evolucionados. Analizando la tasa de mutaciones llegamos a la conclusión de que la evolución humana ha podido ser más rápida de lo esperado. Hasta el momento creíamos que nos separamos de los chimpancés entre 7 y 11 millones de años. con el nuevo estudio puede ser que la edad de divergencia se sitúe entre los 4 y los 7 millones de años.
Como dice el autor del estudio, puede que la edad avanzada del padre sea negativa para la próxima generación, pero sea buena para el futuro de nuestra especie.

¿Por qué algunas personas por mucho que coman no engordan?

Sabias que
Solemos pensar que el ser humano por naturaleza tiende a engordar para tener reservas en tiempos de hambruna. De ser así, geneticamente existe un tipo de personas que deberían estar fuera de la evolución, aquellas que por más que comen no engordan ni un gramo ¿que es lo que falla?
No podemos decir con certeza cuánto comían nuestros antepasados, pero probablemente los periodos de bonanza con abundantes alimentos no fueron los más largos en nuestra historia evolutiva, más que nada por nuestra condición nómada.
Sabemos que las hambrunas frecuentes y prolongadas en algunas partes del mundo han favorecido la evolución de la capacidad del cuerpo para almacenar grasa rápidamente, siendo eficiente el uso de grasa (energía celular) para hacer frente al esfuerzo muscular y mantenimiento de las funciones del cuerpo.
Se cree que entre el 60 y el 70 por ciento de nuestro peso corporal está determinada por nuestros genes. Sin embargo, los científicos han identificado menos de una quinta parte de los genes implicados, y todavía no sabemos cuántos de estos realizan dicho trabajo.
La reproducción sexual permite la unión información genética de ambos padres para recombinarse y formar un nuevo individuo. Esto produce una considerable variación genética a través del arrastre de las mutaciones, tanto beneficiosas como perjudiciales, a través de las generaciones.
Es por eso que algunas personas en el día de hoy llevan los genes que predisponen a la delgadez (menor acumulación de grasas), esto históricamente ha sido una desventaja debido a la escasez de alimentos.
El problema al que nos enfrentamos ahora es que no ha habido un desarrollo evolutivo en los genes para ayudarnos a lidiar con el consumo sin precedentes de alimentos altamente calóricos.
En otras palabras, muchos de nosotros todavía llevamos los llamados “genes de la grasa” (los que nos predisponen al aumento de peso excesivo), porque no hemos tenido tiempo de desarrollar una respuesta a la gran variedad que se ofrecen hoy en día.
También dice que los factores ambientales como la cantidad que comemos y la actividad física que hacemos determina alrededor del 30 al 40 por ciento de nuestro peso.
Y pese a que ahora se consumen más alimentos calóricos, el nivel de esfuerzo físico ha disminuido dramáticamente.
Lo que tenemos que dejar de hacer es concentrarnos tanto en nuestro peso y estar más atentos a comer sano y hacer ejercicio regular y enseñar estos hábitos a nuestros hijos

lunes, 17 de diciembre de 2012

Datos curiosos sobre las cucarachas

Lo primero que se nos viene a la cabeza cuando mencionamos la palabra cucaracha es “qué asco”. A continuación, 10 datos más que interesantes sobre estos oscuros insectos.

1. Comen de todo

Es bien sabido que las cucarachas comen absolutamente de todo desde restos de comida, hasta cartones, plásticos e incluso pelo. En el medio natural tienen una clara función y no es otra que la de comerse todos los residuos que genera la propia naturaleza.


Además de esto, algunas especies de cucarachas son capaces de sobrevivir varias semanas sin alimentarse

2. Sobreviven sin cabeza
Las cucarachas pueden vivir varios días e inclusos semanas sin cabeza. Esto es debido a que no tienen presión sanguínea como los humanos, no respiran por la cabeza sino que lo hacen por todo el cuerpo a través de pequeñas aberturas llamadas espiráculos y su cuerpo funciona como cerebro. Morirán a lo largo de las semanas debido a que no se podrán alimentar.

3. Mueren patas arriba
Las cucarachas mueren de forma natural con las patas hacia arriba ya que estas se contraen y se dan la vuelta. Por lo que si vemos uno de estos insectos en casa y nos da mucho asco matarla, lo mejor es intentar que se den la vuelta ya que ellas mismas son incapaces de volver a ponerse derechas. Esto hará que a lo largo de los días mueran por la falta de alimento.

4. Sobreviven a altas dosis de radiación
 Siempre se ha dicho que las cucarachas serían de los pocos seres vivos en resistir un ataque nuclear. Esto no es totalmente cierto. Cualquier ser vivo cercano a una explosión e impacto nuclear no sobreviviría, incluidas las cucarachas.

Lo que sí que es cierto es que podrían sobrevivir a la radiación posterior fundamentalmente por dos motivos: el primero de ellos es su rapidez para reproducirse, y el segundo por su tejido ya que puede soportar niveles muy altos de radiación.

5. Son casi ciegas
No ven prácticamente nada, pero esto no es importante porque gracias a sus antenas se guían perfectamente detectando cualquier tipo de vibración o cambio de temperatura.

6. Les gusta la noche
Es por la noche cuando las cucarachas desarrollan su actividad y es el momento idóneo para pillarlas infraganti en cualquier rincón de la casa. Por el día se esconden en lugares recónditos y de difícil acceso.
7. Menuda plaga
Las cucarachas son insectos que se reproducen a una velocidad de vértigo y pueden poner huevos durante casi todo el año. Dependiendo del tipo de cucaracha, puede poner a lo largo de su vida unos 300 huevos. Por lo que es necesario contactar con profesionales para el control de plagas.

8. Transmisora de enfermedades
Se pasean desde los lugares más sucios del planeta como pueden ser cloacas, desagües o tuberías hasta cualquier cocina, correteando por nuestro propio alimento contaminándolo y dejando excrementos pudiendo transmitir enfermedades como la salmonelosis y provocar reacciones alérgicas como el asma.

9. Veloces, muy veloces
Son sumamente veloces y escurridizas. Se calcula que pueden correr entre 70 y 80 centímetros por segundo.

10. Cucarachas de gran tamaño

Aunque las cucarachas que estamos acostumbrados a ver en nuestros hogares no suelen sobrepasar los 3 centímetros, la Blaberus giganteus puede medir 9 centímetros, la Megaloblatta longipennis hasta 18 centímetros y la Macropanesthia rhinoceros puede llegar pesar unos 33 gramos.

¿Por qué cuando tenemos hambre nos gruñen las tripas?


¿Te ha pasado que ya sea en la escuela, el trabajo o en algún lugar público te gruñen las tripas? ¡Que o pena, que bochorno! Dices ojalá no hayan escuchado… pero te das cuenta que sí y lo único que dices… “ay ya tengo hambre”. ¡Bochornosa situación! Pero es de lo más normal, pero ¿por qué pasa? ¿A qué se debe? Hoy veremos la explicación.
El sonido de tripas recibe el nombre de borborigmos. Los produce el movimiento de los intestinos cuando impulsan la comida a través de ellos.
Se producen cuando estamos haciendo la digestión y cuando tenemos hambre. En este último caso el volumen del sonido suele ser más alto. La comida discurre a lo largo de los intestinos con contracciones musculares que la empujan desde la parte alta del intestino delgado hasta el ano. Se llaman movimientos peristálticos.
Estos movimientos baten, amasan y mezclan la comida con diferentes compuestos químicos que segrega nuestro organismo. Durante este proceso se liberan gases, producto de las reacciones químicas. Por eso, los sonidos nos traen a la cabeza la imagen de un líquido burbujeante.
Tras dos horas con el estómago vacío, nuestro cuerpo reclama más comida. Produce hormonas que nos despiertan la sensación de hambre y estimulan los nervios del estómago que envían una señala al cerebro que comienza de nuevo la contracción de los músculos, que recogen los pocos restos de comida que se han quedado en el estómago y el intestino.
Los sonidos que acompañan a los movimientos intestinales se producen durante 10 ó 20 minutos cada hora hasta que volvemos a comer. Y suenan especialmente alto porque el intestino y el estómago están huecos y el sonido se propaga mejor. Pensar, oler o ver comida también puede desencadenar este fenómeno.
Cuando los ruidos son más fuertes y frecuentes de lo normal pueden ser signo de alguna patología, como por ejemplo síndrome de intestino irritable. En estos casos suele ir acompañado de otros síntomas como diarrea, gases, hinchazón y retortijones. Y por supuesto, hay que acudir al médico.